Desde legados soviéticos y figuras literarias hasta senderos de montaña y manantiales glaciares, Jizzakh combina historia y naturaleza. El recorrido va del corazón de la Ruta de la Seda al Parque Nacional Zaamin, con bosques de enebros y refugios de montaña.
Conocida como la "Suiza de Uzbekistán", Jizzakh ofrece a los viajeros una mezcla de profundidad cultural y aventura al aire libre.
La plaza Rashidov de la ciudad rinde homenaje al líder y escritor de la era soviética Sharaf Rashidov, cuya antigua casa familiar es ahora un museo lleno de recuerdos personales. Cerca de allí, el Museo de Hamid Olimjon y Zulfiya rinde homenaje a la querida pareja literaria de Uzbekistán.
A solo dos horas, el Parque Nacional Zaamin ofrece un contraste sorprendente: praderas alpinas, senderos de gran altitud y paseos llenos de adrenalina como tirolinas y puentes colgantes. En el parque también se encuentran el nogal centenario Boboengok y el enebro milenario.
Para quienes buscan comodidad, complejos turísticos de lujo como Zamindor combinan vistas a la montaña con la serenidad de un spa, y atraen a un número creciente de visitantes internacionales.