La previsión de un alcalde salvó la belleza arquitectónica del mercado del Bolhão de Oporto. Una cuidadosa renovación lo ha convertido en moderno y práctico, conservando al mismo tiempo el carácter más auténtico.
El mercado Bolhão de Oporto es una de las principales atracciones turísticas de la ciudad, no solo por sus excelentes productos, sino también por sus comerciantes, que cuentan anécdotas de la ciudad y transmiten con gusto las recetas más auténticas de la tradición culinaria portuense.
La estructura data de la primera mitad del siglo XX, y desde la década de 1990 la necesidad de una renovación importante se había hecho patente en el debate público.
Hubo un tiempo en que el ayuntamiento de Oporto quería derribar la estructura y construir otro centro comercial.
El clamor fue general.
"Es el alcalde Rui Moreira quien ha optado por conservar la forma original. Y lo consiguió", recuerda Francisca Carneiro Fernandes, miembro del consejo de istración de Go Porto, la empresa pública que gestiona el mercado.**
La obra ha sido integral y ha durado cuatro años, de 2019 a 2022, por un coste total de 28 millones de euros, de los que 22 millones han sido financiados por la Unión Europea y 6 millones han procedido de fondos públicos.
"Solo en la mañana del día de la reapertura, el mercado recibió unos 20.000 visitantes. La gente estaba ansiosa por ver cómo se había transformado, aumentando el confort y la eficiencia sin sacrificar las características históricas del mercado".
El gran reto actual es preservar la identidad del mercado. "Hoy en día es difícil mantener el equilibrio entre la naturaleza del mercado de productos frescos y el mercado en su conjunto; sin embargo, este equilibrio debe mantenerse si queremos preservar la esencia del mercado y su historia". También es una fuerte atracción para los turistas que tienen exigencias diferentes, quieren algo preparado y procesado para comer "La gente, los trabajadores de Bolhão", concluye Francisca, "son el alma de este lugar, el verdadero corazón palpitante del mercado".
El hecho es que la renovación no ha borrado la identidad arquitectónica y cultural del lugar. Aquí aún se respira el aire más auténtico de la ciudad, se oye hablar el idioma más verdadero y las recetas culinarias son dignas de mención.