Los líderes mundiales y los negociadores de la Conferencia de la ONU sobre el Cambio Climático se enfrentan al reto de fijar un nuevo objetivo de financiación para hacer frente al billón de dólares que costará ayudar a los países de renta baja a adaptarse al cambio climático.
Mientras los líderes mundiales prosiguen las conversaciones en la COP29 de Bakú, los negociadores coinciden en que se necesita una financiación sustancial para ayudar a los países de renta baja a adaptarse al cambio climático. Sin embargo, persisten las divisiones sobre quién debe asumir esta responsabilidad financiera. Y las cifras para este nuevo objetivo de financiación climática son enormes.
Hacer frente a los efectos cada vez más intensos del cambio climático requiere billones de dólares, un coste muy fuera del alcance de las naciones más pobres, según numerosos expertos e informes.
El nuevo objetivo de financiación pretende sustituir a la meta anual de 100.000 millones de dólares (95.000 millones de euros) establecida en 2009, que apenas se cumplió en 2022, con dos años de retraso.
Según un informe de la Iniciativa de Política Climática, la financiación mundial para el clima se acercó a los 1,3 billones de dólares (1,2 billones de euros) anuales de media en 2021/2022, frente a los 653.000 millones de dólares (619.000 millones de euros) de 2019/2020. Otras organizacionessitúan la cifra necesaria en 1 billón de dólares (948.000 millones de euros) al año.
Algunos grupos de expertos expertos afirman que se espera que el importe de la financiación necesaria para el clima ascienda a 9 billones de dólares (8,5 billones de euros) en 2030.
Para hacer frente a estas enormes necesidades monetarias, los Gobiernos de todo el mundo están explorando diversas opciones, como impuestos sobre el patrimonio, gravámenes sobre el transporte marítimo y abordar el endeudamiento.
Apoyados por la financiación de los contribuyentes, los grandes bancos internacionales se han convertido en los mayores y más rápidos proveedores de financiación climática para las naciones en desarrollo.
Estos bancos fueron una razón clave para que, en 2022, el mundo cumpliera el objetivo que los países se fijaron en 2009 de suministrar a las naciones en desarrollo 100.000 millones de dólares anuales para hacer frente al cambio climático.
Sin embargo, se ha instado a los bancos internacionales de desarrollo a que actúen con mayor rapidez y eficacia. El grupo de investigación Climate Policy Initiative calcula que el mundo necesita unas cinco veces la cantidad anual actual de financiación climática para limitar el calentamiento a 1,5 C.
El Grupo Independiente de Expertos de Alto Nivel sobre Financiación Climática calcula que, para 2030, los países en desarrollo (excluida China) necesitarán 2,4 billones de dólares (2,3 billones de euros) anuales para inversiones climáticas.
El Banco Mundial destinó 42.600 millones de dólares (40.400 millones de euros) a la financiación de la lucha contra el cambio climático en su último ejercicio fiscal, lo que supone un aumento del 10% respecto al año anterior.
Los países en desarrollo dependen mucho más de estos bancos para financiar proyectos climáticos que los países industrializados. Según la Iniciativa de Política Climática, los bancos comerciales y las empresas financiaron más de la mitad de los proyectos respetuosos con el clima en Estados Unidos y Canadá en 2022.
En cambio, los prestamistas privados sólo aportaron el 7% de esa financiación en el África subsahariana. Esta disparidad se debe a la dificultad de los países en desarrollo para acceder a tipos de interés bajos.
Las naciones desarrolladas, incluidos Estados Unidos y la Unión Europea, reconocen que los países en desarrollo necesitan inversiones climáticas por valor de billones. Sin embargo, aún no han fijado un objetivo específico para la ayuda financiera internacional.
En 2023, la Unión Europea y sus 27 Estados aportaron 28.600 millones de euros procedentes de fuentes públicas y movilizaron otros 7.200 millones de euros de financiación privada para ayudar a los países en desarrollo a combatir el cambio climático.