Una reliquia de la carrera espacial soviética está a punto de completar su viaje de regreso a la Tierra después de más de cinco décadas orbitando nuestro planeta. El Cosmos 482, una sonda espacial diseñada originalmente para explorar Venus en 1972, ha caído en la Tierra.
La misión del Cosmos 482 comenzó con aspiraciones ambiciosas. Mientras que su nave gemela, la Venera 8, logró alcanzar Venus y transmitir 50 minutos de datos desde la superficie del planeta, el Cosmos 482 nunca llegó tan lejos.
Tras un lanzamiento exitoso a una órbita terrestre temporal, el sistema de propulsión a bordo debía activarse para impulsar la nave hacia Venus. En lugar de eso, un fallo crítico dejó la sonda atrapada en una órbita elíptica que oscilaba entre 210 km y 9.800 km sobre la superficie de la Tierra.
Fragmentación y supervivencia
Según explicó un portavoz de la NASA: "Se separó en cuatro piezas, dos de las cuales permanecieron en órbita terrestre baja y se desintegraron en 48 horas, y dos piezas (presumiblemente la sonda de aterrizaje y la unidad de motor de la etapa superior separada) entraron en una órbita más alta de 210 x 9.800 km".
Los componentes más pequeños reingresaron a la atmósfera terrestre y se quemaron casi inmediatamente. Sin embargo, el módulo de aterrizaje—fuertemente blindado contra la presión aplastante y el calor abrasador de Venus—ha permanecido en órbita desde entonces, descendiendo lentamente.
Lo que hace que este reingreso sea particularmente notable es la construcción del módulo de aterrizaje. Esta nave espacial pesa casi 500 kg y tiene forma de esfera blindada. Su carcasa fue diseñada para soportar:
- Temperaturas superiores a 450°C
- Presiones más de 90 veces superiores a la atmósfera terrestre
- Impacto de aterrizaje
- Despliegue de un paracaídas de 2,5 metros cuadrados
- Transmisión de datos científicos desde la superficie de Venus
Según el portavoz de la NASA, la sonda de aterrizaje "era un recipiente a presión esférico aislado de diseño similar a la sonda Venera 7. Tenía una carcasa superior que se expulsaría en la entrada atmosférica para desplegar el paracaídas de 2,5 metros cuadrados y exponer la antena e instrumentos".
Si bien es altamente improbable que el paracaídas o la carcasa de los instrumentos sobrevivan a la reentrada terrestre, la carcasa de titanio podría potencialmente llegar intacta al suelo.
Seguimiento de la caída final, incertidumbre hasta el final
Los expertos advierten que rastrear el descenso final de la sonda será difícil hasta los últimos momentos. El portavoz de la NASA señaló: "La incertidumbre será bastante significativa justo hasta la reentrada", subrayando la dificultad de modelar un objeto de esta forma y masa a esta altitud.
El Cosmos 482 recibió su nombre debido a la política soviética de la época: cualquier misión planetaria que no lograra salir de la órbita terrestre era designada como satélite "Cosmos". A pesar de su destino previsto, los registros soviéticos oficiales nunca reconocieron que se trataba de una misión a Venus.
La nave formaba parte de una larga serie de sondas venusianas lanzadas durante la carrera espacial de la Guerra Fría. Aunque muchas fracasaron, los soviéticos se convirtieron finalmente en el único país en aterrizar instrumentos funcionales en la superficie del vecino planetario más cercano a la Tierra.
Reentrada con un amerizaje en el océano Índico
Los Centros de Operaciones de Vigilancia y Seguimiento Espacial de la UE (EU SST) han confirmado que están "monitoreando activamente la reentrada incontrolada en la atmósfera terrestre de la Nave de Descenso Cosmos-482, una nave espacial de la era soviética lanzada en 1972 y destinada a aterrizar en Venus".
La red de sensores de contribución de la EU SST está siguiendo de cerca el objeto para refinar la ventana de reentrada, que actualmente se estimaba para el sábado 10 de mayo, con una incertidumbre de ±4 horas. Lo ha hecho finalmente a las 6:24 GMT y, tras caer en el agua, se ha hundido en el océano al oeste de Yakarta, según informó la agencia espacial rusa Roscosmos.