Para las pequeñas y medianas empresas resulta difícil y oneroso aplicar la nueva reglamentación europea para la protección de datos personales. Y además corren el riesgo de caer en manos de "falsos expertos".
PUBLICIDADLos europeos parecen sentirse más protegidos, gracias al nuevo sistema de protección de datos que acaba de entrar vigor. Al menos esa es la sensación, tras la avalancha de correos electrónicos que están recibiendo.
Pero para los pequeños empresarios, adaptarse es difícil. La propietaria de Fabrika, una tienda de muebles familiar que también ofrece artículos en línea, debe pedir a todos sus suscriptores el consentimiento para seguir usando sus datos. Y además del trabajo que representa, está inquieta. "Un procentaje realmente pequeño de personas reconfirmará la suscripción, asi que es muy probable que acabemos perdiendo muchos clientes". exp`lica Kelly Claessens.
También es una tarea muy onerosa porque hay que mantener un registro, procesar los datos, hacer una evaluación de impacto.... "Es realmente difícil porque no tenemos el presupuesto para contratar a alguien, tenemos que hacerlo nosotros mismos", añade Claessens.
No cumplir con las normas puede implicar sanciones de hasta el 4% de la facturación o una multa de hasta 20 millones de euros. Aunque según Frank Socquet, asesor legal de la firma Unizo, las pequeñas y medianas empersas tienen un cierto margen de maniobra. "En principio, las PYMEs no son el principal objetivo de la reglamentación. Así que en caso de queja o si la autoridad nacional iniciara una investigación, lo que resultaría crucial es que pudieran demostrar que están intentando cumplir", afirma Socquet.
La mayoría de las PYMEs quieren respetar las reglas, pero sigue siendo una legislación muy técnica y no siempre fácil de aplicar. En estas circunstancias, un profesional puede ser de ayuda, pero hay que ir con cuidado porque, según ¨Socquet, "están proliferando los expertos autoproclamados que tratan de aprovecharse del miedo".