La repetición de las elecciones de mayo se celebró meses después de que el Tribunal Constitucional anulara los comicios anteriores, en los que el ultraderechista Georgescu encabezó la primera vuelta, tras las acusaciones de violaciones electorales e injerencias rusas.
El nuevo presidente de Rumanía, Nicusor Dan, ha jurado oficialmente su cargo, lo que supone una tímida salida de la peor crisis política que ha sufrido este país de la Unión Europea en décadas, tras la anulación de las anteriores elecciones.
Dan, matemático de 55 años y exalcalde de Bucarest, ganó con contundencia la segunda vuelta del 18 de mayo, imponiéndose a su oponente de la derecha dura, George Simion, que posteriormente impugnó los resultados ante el Tribunal Constitucional, pero fue rechazado la semana pasada.
En la ceremonia de investidura, celebrada en una sesión conjunta del Parlamento, Dan firmó el juramento constitucional. En un discurso posterior, prometió hacer frente a los problemas económicos de Rumanía y ser un presidente "abierto a la voz de la sociedad".
"El Estado rumano necesita un cambio fundamental... y os invito a seguir implicándoos con toda la fuerza social que habéis demostrado, a presionar positivamente a las instituciones del Estado rumano para que se reformen", dijo Dan. "Os aseguro que seré un presidente que escuche la voz de la sociedad y que sea socio de esa sociedad", añadió.
Elecciones anuladas
La repetición de las elecciones de mayo se celebró meses después de que el Tribunal Constitucional anulara los comicios anteriores, en los que el ultraderechista Calin Georgescu lideró la primera vuelta, tras las acusaciones de violaciones electorales e injerencias rusas, que Moscú negó. La decisión sin precedentes del Tribunal el año pasado sumió a Rumanía, miembro de la UE y la OTAN, en un periodo de agitación política sin precedentes.
La función presidencial conlleva un mandato de cinco años y un importante poder de decisión en materia de seguridad nacional y política exterior. En la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, Dan se presentó de forma independiente con la candidatura "Rumanía honesta", reafirmando sus lazos con Occidente, su continuo apoyo a Ucrania y sus reformas fiscales.
Abordando los retos económicos que se avecinan, Dan dijo que "en pocas palabras... el Estado rumano está gastando más de lo que puede permitirse" y afirmó: "Es de interés nacional para Rumanía enviar un mensaje de estabilidad a los mercados financieros. Es de interés nacional enviar una señal de apertura y previsibilidad al entorno inversor".
Muchos observadores consideran que el resultado de las elecciones es crucial para mantener el lugar de Rumanía dentro de las alianzas occidentales, especialmente mientras continúa la guerra en la vecina Ucrania.
Al mismo tiempo, el continente lucha por armarse, ya que el compromiso de Estados Unidos con los socios europeos ha disminuido bajo la presidencia estadounidense de Donald Trump.
Al iniciar su mandato, Dan se enfrenta al reto inmediato de nombrar a un primer ministro que pueda recabar los apoyos necesarios para formar Gobierno, una tarea ardua en un país donde el rechazo a la clase política propició la aparición de figuras como Georgescu y Simion.
Una serie de crisis
Dan también tendrá que hacer frente a una serie de crisis, como el gran déficit presupuestario, las profundas divisiones sociales puestas de manifiesto por el caótico ciclo electoral y la guerra que se arrastra al lado.
Cristian Andrei, consultor político afincado en Bucarest, afirma que la formación de un nuevo gabinete será "una prueba importante" que indicará si Dan es capaz de mediar entre los fragmentados partidos políticos.
"Dan se enfrentará a una feroz resistencia del aparato estatal y de los viejos políticos en su intento de iniciar reformas", declaró a The Associated Press. "Aunque la crisis económica es urgente, las divisiones políticas y sociales son las que el nuevo presidente tiene que abordar a más largo plazo".
Añadió que, con el populismo creciendo en popularidad, una crisis política más profunda quedó "en suspenso y una nueva estará en ciernes" de cara a las futuras elecciones. "El éxito de su presidencia decidirá si podemos evitar esa crisis o no", afirmó.
Un día después de ganar la presidencia, Dan mantuvo una llamada con el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, en la que le transmitió que Rumanía "seguirá siendo un aliado firme" dentro de la alianza.
El exalcalde de la capital rumana saltó a la fama pública como activista civil con su Asociación Salvar Bucarest, encargada de salvar el patrimonio construido y luchar contra los proyectos inmobiliarios ilegales en un sistema que describió como una "mafia inmobiliaria".
Ganó cientos de pleitos. También se unió a una oleada de protestas contra la corrupción que se apoderó de Rumanía a mediados de la década de 2010. En 2016, fundó el partido reformista Unión Salvemos Rumanía, en aquel momento considerado en gran medida como un partido anticorrupción, pero más tarde lo abandonó.
En 2020 consiguió la alcaldía de Bucarest y el año pasado fue elegido para un segundo mandato. Como alcalde, Dan abordó algunos proyectos clave de infraestructuras, como la modernización de los anticuados sistemas de calefacción residencial de Bucarest, que los anteriores alcaldes habían sido acusados de descuidar.