Un apagón masivo sacudió el lunes la Península Ibérica, afectando a millones de personas en España y Portugal. Las autoridades aún no han determinado la causa del apagón.
Un apagón paralizó el lunes gran parte de España y Portugal, parando trenes, cortando el servicio telefónico y apagando semáforos y cajeros automáticos para millones de personas en toda la Península Ibérica. "Salimos a ver si había pasado algo en la calle, y no. Lo que vimos fue que todo el mundo decía lo mismo: 'No hay electricidad, no hay electricidad'", dijo Claudia García, residente en Madrid.
El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, dijo que una "fuerte oscilación" en la red europea estaba detrás del apagón, pero que aún se estaba determinando la causa. Pidió a la población que se abstuviera de especular e instó a los ciudadanos a llamar a los Servicios de Emergencia sólo si era realmente necesario.
Los habitantes de la capital española afirman que el apagón ha conmocionado a la ciudad, que depende en gran medida de la electricidad para la mayoría de sus operaciones cotidianas.
"Todo funciona prácticamente con electricidad. Y luego, estamos expuestos al caos; ni siquiera funcionan los semáforos", dijo Juan. "No hay Internet, ni teléfono, ni nada. Todo está saturado (lo que significa que todo el mundo está intentando conectarse a Internet). Es un problema", dice Antonio desde Madrid.
Muchos vecinos dicen incluso que sus tareas profesionales se han visto afectadas por el apagón. "No hay internet. No he podido ar con mis jefes para decírselo, pero claro, en Sevilla tampoco deben tener luz, así que aquí estoy esperando a ver qué pasa", comenta un vecino.
Y en Barcelona, la situación era similar. Los residentes de la capital catalana dicen que no han podido utilizar sus teléfonos debido a las interrupciones en los servicios de telecomunicaciones. El cierre de las telecomunicaciones también supuso la inutilización de las tarjetas bancarias.
"Aquí estoy, sin señal de teléfono. La caja registradora y la máquina de las tarjetas de crédito tampoco funcionan. Desde hace media hora. Ni siquiera puedo llamar a mi jefe porque nada funciona", dijo Helen Osorio.
La pérdida de a los cajeros automáticos y a los servicios bancarios en general resultó ser un problema importante para muchos, ya que quienes no llevaban dinero en efectivo no podían comprar comida o bebida a los pocos vendedores abiertos, que ya no podían aceptar tarjetas para pagar.
"Estamos junto a la Sagrada Familia y está llena de turistas. No todo el mundo lleva dinero encima. Y obviamente necesitamos señal de teléfono para movernos. Se hace complicado. Y la gente no sabe cuándo volverá", dijo Milicent Ruiz, una turista chilena.
Otros viajeros también estaban preocupados por el apagón, ya que también había interrumpido los viajes. Muchos aeropuertos informaron de retrasos y cancelaciones de vuelos, y muchas estaciones de tren estaban cerradas al público. "Esperamos que no afecte a nuestro vuelo de vuelta a casa mañana", dijo Laura McEnrich, una turista estadounidense.
Algunos autobuses turísticos permitieron a los pasajeros subir, ya que los conductores no podían comprobar los billetes sin internet. A última hora de la noche del lunes, el presidente del Gobierno español había anunciado que se había restablecido el 50% del suministro eléctrico nacional, asegurando al público que se seguiría trabajando durante toda la noche para resolver el problema.