Las investigaciones sobre las grandes empresas tecnológicas y el impuesto sobre el valor añadido no serán objeto de negociación durante las conversaciones comerciales con Estados Unidos, según la Comisión Europea.
La Unión Europea no hará ninguna concesión sobre sus normas digitales y tecnológicas como parte de la negociación comercial con Estados Unidos, ha advertido Bruselas, trazando una línea roja después de que un alto asesor del presidente Donald Trump acusara abiertamente al bloque de librar una "guerra legal" contra las grandes empresas tecnológicas del país.
"En lo que respecta a nuestra regulación tecnológica y digital europea, estamos hablando de cosas separadas", dijo el martes un portavoz de la Comisión Europea. "Y no vamos a confundir las cosas en nuestras negociaciones con Estados Unidos".
La acusación corrió a cargo de Peter Navarro, un viejo leal a Trump y una de las voces más feroces a favor de los aranceles dentro de la Casa Blanca, que escribió un artículo de opinión en el 'Financial Times' en el que denunciaba "el aluvión de armas no arancelarias" que utilizan las naciones extranjeras.
"Estas herramientas incluyen la manipulación de divisas, las distorsiones del impuesto sobre el valor añadido, el dumping, las subvenciones a la exportación, las empresas estatales, el robo de propiedad intelectual, las normas de producto discriminatorias, las cuotas, las prohibiciones, los regímenes opacos de concesión de licencias, los procedimientos aduaneros, los mandatos de localización de datos y, cada vez más, el uso del 'lawfare' en lugares como la UE para atacar a las mayores empresas tecnológicas estadounidenses", escribió Navarro.
"Estados Unidos igualará ahora los aranceles sustancialmente más altos y las aplastantes barreras no arancelarias que nos imponen otras naciones. Se trata de justicia, y nadie puede discutirlo", afirmaba el artículo. La istración Trump ha utilizado los factores enumerados por Navarro para calcular los llamados "aranceles recíprocos", dando como resultado unas cifras que otros países no reconocen.
Los obstáculos que, según Trump, frenan el de EE.UU. a los mercados
Trump ha abofeteado a la UE con un arancel del 20%, que entrará en vigor el miércoles. Funcionarios de Bruselas han tachado la fórmula de "ni creíble ni justificada". Además, la Casa Blanca ha publicado un informe de 397 páginas titulado 'Barreras al comercio exterior' en el que detalla los obstáculos que, a su juicio, frenan el de Estados Unidos a los mercados internacionales.
El capítulo dedicado a la UE enumera una serie de "barreras persistentes", como las normas sanitarias y fitosanitarias, las restricciones a la carne tratada con hormonas, los requisitos lingüísticos en los servicios audiovisuales y el apoyo gubernamental a Airbus. El documento cita varias leyes que el bloque ha introducido en los últimos años para regular el ámbito digital, como la Ley de Servicios Digitales (DSA), la Ley de Mercados Digitales (DMA), la Ley de Datos y la Ley de Inteligencia Artificial.
Silicon Valley se ha quejado en repetidas ocasiones de estas normas y ha presionado a la istración Trump para que adopte una postura más firme contra Bruselas y evitar así multas multimillonarias. Destacados líderes de las grandes tecnológicas estuvieron presentes en la toma de posesión de Trump en enero.
Apple, Meta y Alphabet están siendo investigadas por la DMA, que se centra en corregir las prácticas ilegales que aseguran el dominio del mercado. Mientras tanto, X (antes Twitter) está bajo un escrutinio más estrecho por posible incumplimiento de la DSA, que aborda el contenido ilegal y la desinformación. Los servicios de Instagram y Facebook de Meta también son objeto de investigaciones separadas de la DSA.
Algunos de estos procedimientos están llegando a su fin y se espera que Bruselas haga públicas sus conclusiones, posiblemente con multas, en los próximos días o semanas. El proceso interno ha coincidido con la imposición de los aranceles arrolladores de Trump, lo que ha alimentado las especulaciones de que ambas cuestiones se entrelazarán inevitablemente en las negociaciones en curso.
Pero el martes, tras el duro ataque de Navarro, la Comisión afirmó que esa interrelación no se produciría y que los aranceles y las grandes tecnológicas se tratarían por vías separadas. Los funcionarios insisten en que los procedimientos DMA y DSA son una obligación, más que una elección, ya que se derivan de la aplicación de las normas que aprobaron los legisladores.
"Hay mucho ruido, si se quiere llamar así, desde Washington, a veces desde las redes sociales, a veces en entrevistas. Tenemos que mantener la calma y centrarnos en lo que está ocurriendo en términos de política real", dijo el portavoz, Olof Gill. Preguntado sobre si las otras "barreras no arancelarias" que la Casa Blanca ha identificado podrían discutirse durante las conversaciones, Gill dijo que Bruselas no comparte la valoración estadounidense de "lo que constituye una barrera no arancelaria".
Las barreras no arancelarias se refieren tradicionalmente a instrumentos como licencias, cuotas, embargos, prohibiciones y normas de origen que tienen por objeto reducir las importaciones. "Tenemos muy claro lo que son y lo que no son las barreras no arancelarias, y lo dejaremos muy claro en las negociaciones con Estados Unidos", declaró Gill.
"No vamos a poner en peligro nuestras normas, líderes mundiales en salud y seguridad alimentaria. Ni con los estadounidenses ni con nadie", añadió. Washington ha arremetido especialmente contra el impuesto sobre el valor añadido (IVA) que la mayoría de los países del mundo, incluidos los 27 de la UE, emplean para recaudar ingresos. Estados Unidos es uno de los pocos países que no tiene un sistema de IVA.
En una reciente entrevista con la 'CNBC', Navarro criticó duramente el uso del IVA. "Si alguien quiere acercarse a nosotros, que nos hable de reducir sus barreras no comerciales", dijo. "Vietnam tiene un IVA del 10%. Europa tiene un IVA del 19%. No podemos competir con eso".
Europa no tiene un IVA unificado. Los tipos oscilan entre el 17% y el 27%. Los funcionarios de la Comisión han intentado rebatir las quejas de la Casa Blanca sobre el IVA, alegando que el impuesto no es discriminatorio y se aplica a todos los productos por igual, ya sean fabricados en la UE o en Estados Unidos. La supresión del IVA se considera inviable porque limitaría los ingresos públicos de los Estados en un momento de tensión presupuestaria y estancamiento del crecimiento.
Las líneas rojas llegan un día después de que Trump rechazara la oferta de Ursula von der Leyen de eliminar los aranceles sobre todos los productos industriales, instando al bloque a aumentar las compras de energía estadounidense.