Las negociaciones políticas para formar una coalición se han prolongado durante cuatro meses, desde que tuvieron lugar las últimas elecciones generales en Austria, el periodo más largo de la historia del país.
El líder del ultraderechista Partido de la Libertad (FPÖ), Herbert Kickl, ha pedido "nuevas elecciones con rapidez" tras el fracaso el miércoles de las negociaciones para formar una coalición compuesta por su formación política y el Partido Popular (ÖVP), de centro-derecha.
Kickl quedó primero en las elecciones celebradas en septiembre, con el 28% de los votos, pero los demás partidos austriacos se unieron para impedir que él y su formación de extrema derecha llegaran al poder. Al fracasar las conversaciones, se invitó a Kickl a mantener conversaciones para formar una coalición con el ÖVP.
Sin embargo, las negociaciones entre ambos partidos se tensaron en las últimas semanas, en las que se discutió sobre política, y fueron incapaces de ponerse de acuerdo sobre cuál tendría el control del Ministerio del Interior del país.
Las tensiones entre ambos bandos llegaron a un punto crítico el miércoles por la noche, cuando anunciaron que no seguirían negociando. Kickl culpó al ÖVP de la ruptura de las conversaciones y declaró a los medios de comunicación que "lamentaba tener que haber tomado esa decisión".
El líder del ÖVP, Christian Stocker, declaró que su partido había esbozado varios requisitos básicos, entre ellos la adhesión a la iniciativa europea Sky Shield y una cooperación con los servicios de inteligencia internacionales que, según él, Kickl no estaba dispuesto a aceptar.
El presidente de Austria, Alexander van der Bellen, ha previsto mantener conversaciones con los líderes de todos los partidos políticos este jueves y el viernes para explorar las opciones de un nuevo Gobierno austriaco.
En una declaración el miércoles, señaló que habría cuatro opciones posibles para Austria: nuevas elecciones, un Gobierno en minoría, un Gobierno de expertos no electos o una nueva coalición formada por varios partidos.
Un Gobierno de circunstancias para aportar estabilidad a Austria
Austria tuvo por última vez un 'Gobierno de expertos' en 2019, cuando la anterior coalición del ÖVP y el FPÖ se rompió por el llamado 'caso Ibiza', en el que el entonces líder del FPÖ quedó expuesto por discutir acuerdos corruptos con una mujer que se hacía pasar por la sobrina de un oligarca ruso.
Los demás partidos austriacos se han mostrado dispuestos a cooperar: los ecologistas Verdes, los liberales de NEOS y los socialdemócratas de centro-izquierda se han declarado dispuestos a dialogar con el ÖVP.
En el pasado, las conversaciones entre el ÖVP, el SPÖ y el NEOS se rompieron por desacuerdos en política fiscal. El líder del SPÖ, Andreas Babler, declaró que su partido estaba dispuesto a negociar o "apoyar un Gobierno de personalidades reconocidas". El político argumentó que "Austria necesita ahora estabilidad".
El presidente del influyente Consejo Asesor Fiscal, un órgano independiente encargado de supervisar la disciplina fiscal de las entidades gubernamentales, Christoph Badelt, ha advertido de que tendría consecuencias negativas que los partidos no pudieran acordar un presupuesto de transición para mantener el funcionamiento del país.
"Es probable que el Estado no pueda endeudarse en abril o mayo o quizá, como muy tarde, en junio", advirtió Badelt. "Esto, por supuesto, podría causar problemas de liquidez", indicó.
El destacado politólogo Peter Filzmaier calificó la ruptura de las negociaciones de "espectáculo extraño en un escenario abierto". Tanto el ÖVP como el FPÖ no tienen "ningún plan B viable" y se han colocado en una "posición peor que la de antes", concluyó Filzmaier.