El Gobierno holandés ha sobrevivido a una crisis centrada en la dimisión de la Secretaria de Estado de Hacienda. Nora Achahbar dimitió en respuesta a sus comentarios sobre los inmigrantes culpados de atacar a hinchas israelíes tras un partido de fútbol en Ámsterdam el 7 de noviembre.
La semana pasada, el líder del Partido por la Libertad, Geert Wilders, culpó a los marroquíes de la violencia, afirmando que "vimos a musulmanes cazando judíos" y añadió que estaba alimentada por "marroquíes que quieren destruir a los judíos".
Wilders afirmó que los condenados por su implicación en los hechos deberían ser deportados si tienen doble nacionalidad. El viernes, la marroquí Nora Achahbar, del partido centrista Nuevo Contrato Social, anunció su dimisión como secretaria de Estado de Hacienda. Dijo que ''los modales polarizadores han tenido tal impacto en mí que ya no podía, o no quería, seguir desempeñando mi papel de secretaria de Estado''.
En una declaración, Achahbar escribió que "la polarización en la sociedad es peligrosa porque socava los lazos entre las personas. Por ello, empezamos a vernos unos a otros como adversarios en lugar de como conciudadanos''.
Crisis de Gobierno evitada
El primer ministro Dick Schoof, que incluso canceló su visita a la COP 29, declaró tras la dimisión que entre los cuatro partidos de la coalición ''vimos que queríamos continuar'', y nezgó que hubiera racismo en las conversaciones de y entre los principales funcionarios de la coalición.
Mientras los políticos condenaban el antisemitismo y estaban de acuerdo en que los autores de la violencia debían ser procesados y recibir duros castigos, los legisladores de la oposición acusaron a Geert Wilders de inflamar la situación.
Wilders, cuyo partido se convirtió en el más grande en las elecciones del año pasado, también sembró cierta disensión dentro de la coalición cuatripartita con sus comentarios.
El líder de la oposición verde-izquierdista-socialista, Frans Timmermans, elogió a Achahbar incluso antes de que se anunciara ninguna medida. En este Gobierno, los comentarios racistas están a la orden del día. Este Gobierno no es para todos los holandeses", afirmó.
La violencia estalló en la capital holandesa antes y después del partido de fútbol de la semana pasada entre el Ajax de Ámsterdam y el Maccabi de Tel Aviv. Hinchas de ambos equipos protagonizaron disturbios.
Varios seguidores del Maccabi corearon consignas contra los árabes y arrancaron una bandera palestina de un edificio, mientras que algunos hombres se dieron a la fuga y atacaron a seguidores del Maccabi y a personas que creían que eran judías, según un informe de 12 páginas sobre la violencia publicado por las autoridades de Ámsterdam. Cinco personas fueron hospitalizadas y la Policía practicó al menos 60 detenciones.