"El calor extremo llegará al punto en que los humanos no podrán sobrevivir sin aire acondicionado"

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El verano pasado fue dramático en términos de olas de calor extremas e incendios forestales sin precedentes. Los expertos están muy preocupados de que estemos en un punto de inflexión.

"Lo que es muy alarmante para mí es la evolución del calor extremo, por lo que vemos sequías e incendios. Por supuesto, esto es algo natural, pero está empeorando cada vez más. Pero lo que más me preocupa es la evolución del calor extremo, porque, como sabe, en algún momento llegará al punto en que los humanos no podrán sobrevivir, al menos no sin aire acondicionado", explica el profesor Johannes Lelieveld, Instituto Max Planck.

En términos geográficos, ¿cuál es el peor lugar para vivir?

"En términos de calor, son claramente Oriente Medio, el Mediterráneo oriental y el norte de África porque ya hace mucho calor allí. Y esto está relacionado con la falta de humedad, por lo que no hay evaporación para enfriar. Y también la circulación a gran escala que se conecta a África y el monzón en Asia hacen que esta sea una región que se está calentando muy rápido. Los países de Europa occidental tendrán muchos problemas con las inundaciones porque van a tener más lluvia. Aquí tendremos menos lluvia (Chipre) y ellos tendrán más lluvia. Así que aunque se sabe que los inviernos pueden ser menos duros que en el pasado, lo que tal vez podría verse como una ventaja, hay otras cosas que estarán afectando a estos países", dice.

¿Será reversible?

"No es reversible. No se puede cambiar un cambio climático negativo, eso requeriría que la cantidad de dióxido de carbono y otros gases de efecto invernadero en la atmósfera realmente estuvieran disminuyendo. Tal vez haya una técnica para eliminarlos de la atmósfera, pero sería algo muy caro. Y de no ser así el cambio climático se va a quedar, porque tiene una vida muy larga. Y lo único que se puede hacer es prevenir más el cambio climático y adaptarnos al cambio climático que ya tenemos", concluye el profesor Johannes Lelieveld, Instituto Max Planck.