En la mañana del miércoles 12 de febrero, una columna de humo se elevaba desde la cima del volcán y se podía observar una río de lava a 3 kilómetros de la cima. La actividad volcánica ha obligado a cerrar tres sectores del aeropuerto de Catania.
En la mañana del miércoles 12 de febrero se registró una intensa actividad en el cráter sudeste del Etna, también conocido como Bocca Nuova. Hasta el momento no se ha informado de daños materiales ni de víctimas humanas.
La última vez que el volcán situado en la costa este de la isla de Sicilia se había despertado fue el 10 de noviembre de 2024. Entonces, su vuelta a la actividad se caracterizó por una copiosa lluvia de cenizas.
La dinámica de la erupción del Etna
El flujo de magma había comenzado a observarse en la tarde del martes 11 y el miércoles 12 de febrero, aunque los primeros fenómenos estrombolianos databan del lunes 10 del presente mes. En ese momento, se creó un río de lava de unos 3 kilómetros de longitud.
Inmediatamente, un grupo de geólogos del Instituto Nacional de Geofísica y Vulcanología de Catania comenzó a vigilar la evolución de la erupción. Entre ellos se encontraba el vulcanólogo Boris Behncke, quien observaba la propagación de la lava desde la cumbre nevada del volcán. "La lava sigue fluyendo desde una abertura cerca de la cumbre del Etna en esta tarde del 11 de febrero de 2025", señaló en una publicación en su cuenta de la plataforma de X.
La erupción del Etna obliga a cerrar parte del aeropuerto de Catania
La compañía aeroportuaria de Catania ha anunciado que, para garantizar la seguridad de los pasajeros, se han cerrado los sectores A2, A3 y A3 bis del aeropuerto local, cuyo espacio aéreo está expuesto a las nubes nordeste y este del volcán.
Las autoridades añaden que "no está prevista ninguna restricción de movimientos hacia el aeropuerto, ni tampoco desde sus instalaciones". Sin embargo, "invitan a quienes tengan que salir de viaje a comprobar el estado de sus vuelos antes de dirigirse a la terminal del aeródromo".