¿Qué está haciendo subir el precio del té?

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Los precios del té podrían dispararse aún más tras las inundaciones y olas de calor que han afectado a la temporada de cosecha en India, uno de los principales países productores. En los últimos meses, los precios del té se han disparado en todo el mundo debido a los fenómenos meteorológicos extremos.

En la actualidad, China, India, Sri Lanka y Kenia son los principales países productores de té, con un 75% de la oferta mundial, según el 'Palais des Thes'.

En el momento de escribir estas líneas, un kilogramo de té costaba 223,46 INR (2,47 euros), habiendo subido más de un 47% desde principios de año. En términos interanuales, los precios del té han subido alrededor de un 22%.

En mayo de este año, la producción india de té descendió a 90,92 millones de kg, frente a los 130,56 millones de kg de mayo de 2023. Esta fue la cifra más baja de mayo para el país en más de 10 años. India tiene varios estados productores de té como Assam, Bengala Occidental, Tamil Nadu, Kerala y Karnataka. De ellos, las regiones del valle de Assam, Darjeeling, Dooars y Terai son algunas de las más famosas.

La decisión del gobierno indio de prohibir el uso de 20 pesticidas también está contribuyendo en gran medida al aumento de los precios del té, ya que varios compradores están adquiriendo de nuevo té indio. Anteriormente, varios países rechazaban las exportaciones de té indio, debido a la elevada cantidad de pesticidas utilizados en algunas variedades.

Algunos de los principales compradores de té indio son de la Comunidad de Estados Independientes (CEI), que incluye Armenia, Bielorrusia, Azerbaiyán, Kazajstán, Georgia, Moldavia, Kirguizistán, Tayikistán, Rusia, Ucrania, Turkmenistán y Uzbekistán.

Varios rechazos de exportaciones de té procedían de estos países, sin embargo, tras la prohibición de los pesticidas, la demanda ha vuelto a dispararse. Sin embargo, la producción sigue sufriendo considerablemente a causa de esta decisión, y varios cultivadores de té han tenido que luchar para encontrar otras soluciones a los pesticidas.

El tiempo extremo y el cambio climático merman la cosecha de té

Uno de los principales factores que afectan a la producción de té en todo el mundo son las condiciones meteorológicas extremas y los efectos graduales del cambio climático, como lluvias fuera de temporada, inundaciones, sequías, olas de calor y heladas.

Las precipitaciones excesivas, especialmente, son muy destructivas para las plantas de té, que se consideran de secano. Esto significa que las plantaciones de té suelen depender exclusivamente del agua de lluvia para cubrir sus necesidades hídricas, sin apenas agua de proceso ni sistemas de riego. El aumento de las precipitaciones también puede provocar la erosión del suelo y de las laderas, dañando plantaciones enteras y dejando a los agricultores con menos superficie total de plantación.

En consecuencia, tanto en épocas de alta como de baja pluviosidad, las cosechas pueden resentirse enormemente, y a los productores de té les quedan pocos medios alternativos.

Las heladas también pueden ser muy peligrosas para las plantas de té, ya que las hojas primero se caen por el peso de las heladas y luego acaban congelándose y rompiéndose, lo que provoca un alto porcentaje de hojas perdidas. Este fenómeno es frecuente en Ruanda y en algunas zonas de China.

Otros factores que merman la producción y elevan los precios del té son las sequías, que afectan tanto a India como a China, y que a menudo provocan un aumento del polvo en las plantas de té, obstruyendo así la luz solar. El aumento de las temperaturas también puede favorecer la aparición de plagas, que destruyen más plantas.

Más adelante, los efectos continuados del cambio climático podrían provocar el aumento del tamaño de los lagos glaciares, lo que reduciría la superficie de cultivo de las plantaciones de té. Del mismo modo, las regiones de permafrost también podrían sufrir una mayor inestabilidad del suelo, lo que provocaría más avalanchas de rocas y erosión del suelo en las regiones más altas.

Los ríos cuya agua procede principalmente de los glaciares y de la nieve también podrían tener escorrentías más altas y tempranas, lo que provocaría más inundaciones en las zonas más alejadas de su curso.

Todo ello seguiría suponiendo un riesgo para las plantaciones de té y los cultivos, bien por la reducción de la superficie terrestre, bien por fenómenos meteorológicos extremos y no estacionales.

No sólo eso, sino que estos fenómenos meteorológicos también pueden provocar cambios en la composición química de las hojas de té, modificando así su sabor. Esto podría provocar un cambio y una disminución impredecibles de los compradores y también de los mercados del té.

En cuanto a lo que el calentamiento global acabará suponiendo para la producción de té, 'Arbor Teas' afirma en su sitio web: "Algunos países (Japón en particular) han empezado a idear planes para afrontar los retos de la producción de té ante el cambio climático. Y aunque es posible que Japón disponga de los recursos y los medios tecnológicos para adaptar su industria del cultivo del té a un clima más cálido, no puede decirse lo mismo de otros lugares.

"A fin de cuentas, el continuo calentamiento global hará que el cultivo de té de calidad sea más difícil y más caro. Tanto la calidad como la cantidad de la producción se reducirán (o al menos se volverán más erráticas), y gracias a la curva de la oferta y la demanda, esto significará precios más altos del té para el consumidor."

¿Es la preservación de las plantas silvestres de té la respuesta?

Aunque las repercusiones del cambio climático puedan parecer demasiado grandes para luchar contra ellas, los cultivadores de té pueden proteger sus cosechas y sus medios de subsistencia de varias maneras.

Una de ellas es la gestión integrada de las malas hierbas mediante métodos sin herbicidas como el acolchado, los cultivos de cobertura y la rotación de cultivos, con el fin de reponer los nutrientes del suelo. A largo plazo, esto puede mejorar la resistencia a la sequía, mejorar la salud del suelo, aumentar el rendimiento de los cultivos y ahorrar dinero, ya que se necesitan menos fertilizantes químicos y herbicidas.

Esto también puede aumentar la productividad y ayudar a reducir el uso de pesticidas, así como mejorar la cubierta forestal y reducir la invasión de los bosques. A su vez, es probable que el sabor del té mejore considerablemente.

Otra forma de proteger la calidad del té es preservar las plantas silvestres y los agrobosques. La agrosilvicultura es una técnica de gestión de la tierra que básicamente combina árboles con cultivos agrícolas en el mismo terreno, lo que hace que los cultivos crezcan en una zona más silvestre y, por tanto, más diversificada ecológicamente.

Por lo general, los agrosilvicultores también utilizan muchos menos pesticidas y herbicidas, optando por dejar que los cultivos crezcan con la menor intervención posible, en lugar de en plantaciones cuidadosamente cuidadas. Así, estas plantas de té desarrollan los recursos necesarios para luchar contra los cambios climáticos y suelen producir hojas de mayor calidad.

Por otro lado, las plantaciones de té que se cultivan como monocultivos, es decir, como único cultivo en un terreno agrícola, suelen ser más vulnerables a los cambios meteorológicos. Los agrosilvopastos también están mejor equipados para hacer frente a las plagas y a la irregularidad del régimen de lluvias.