La mayor parte de la financiación del movimiento islamista palestino procede de gobiernos extranjeros, según declaró a Euronews un antiguo analista financiero de la lucha antiterrorista estadounidense.
PUBLICIDADEl Departamento del Tesoro de Estados Unidos ha impuesto en las dos últimas semanas dos rondas de sanciones a funcionarios y redes financieras clave vinculados a Hamás, tras los atentados del 7 de octubre contra Israel.
Las medidas se centran en la captación de fondos externos del movimiento islamnista palestino, que incluye su cartera secreta de inversiones: Según Jonathan Schanzer, ex analista financiero antiterrorista del organismo estadounidense, se trata de una serie de inversiones que consisten principalmente en participaciones en empresas inmobiliarias repartidas por todo el mundo árabe y en manos de simpatizantes de Hamás.
Estos conceden a Hamás a los fondos transfiriendo los beneficios de las empresas al grupo "de forma turbia", explicó Schanzer, ahora vicepresidente senior de investigación de la Fundación para la Defensa de las Democracias.
Las sanciones estadounidenses pretenden bloquear cualquier tipo de transacción hacia y desde las empresas e individuos identificados, para cortar el flujo de capital hacia el grupo terrorista designado por Estados Unidos y la UE. Cuando Estados Unidos toma esta decisión, otros países suelen sumarse a ella.
Pero, ¿perjudican realmente estas sanciones a los recursos financieros de Hamás? Probablemente no, según Schanzer, debido sobre todo a la importante afluencia de fondos procedentes de otros lugares.
Aproximadamente la mitad de la financiación de Hamás procede de gobiernos extranjeros
Las fuentes externas de ingresos de Hamás son considerables, y se calcula que ascienden a decenas de millones de dólares.
Sin embargo, "como porcentaje del presupuesto global del grupo terrorista, es mucho más importante centrarse, en primer lugar, en Irán y Catar", afirmó Schanzer.
Según el exanalista antiterrorista, Hamás tiene un presupuesto anual de unos 1.000 millones de dólares (938 millones de euros) para gobernar la Franja de Gaza y dirigir su brazo militar.
"Alrededor de 200 millones de dólares proceden de Irán. Otros 100 a 200 millones proceden de Catar", añadió Schanzer.
Se cree que Turquía es otro partidario incondicional del grupo palestino, tras la llegada al poder del presidente Recep Tayyip Erdoğan en 2002.
A diferencia de muchos de sus aliados de la OTAN y de la UE, Turquía no considera a Hamás una asociación terrorista y acoge a del grupo en su territorio.
"Hamás no es una organización terrorista, es un grupo de liberación, 'muyahidines' (término árabe para designar a los musulmanes que luchan en nombre de su fe o comunidad) que libra una batalla para proteger sus tierras y su pueblo", declaró Erdoğan a diputados de su partido la semana pasada.
Turquía también alberga a algunos de los principales dirigentes del grupo, así como a empresas que operan bajo la apariencia de negocios legítimos mientras financian ilegalmente a Hamás.
Schanzer ve la postura de Ankara con "grave preocupación", ya que el país forma parte de la OTAN y al mismo tiempo "permite que se produzcan financiaciones ilícitas" en su territorio.
El Departamento del Tesoro estadounidense afirma que otros países como Irán, Catar, Sudán y Argelia también albergan a clave de Hamás, operativos y facilitadores financieros.
"Están allí como invitados de los gobiernos. No se hace ningún esfuerzo por contenerlos, detenerlos o arrestarlos", afirmó Schanzer.
"Una de las razones por las que Hamás pudo llevar a cabo el atentado (en Israel) del 7 de octubre es porque Estados Unidos y otros aliados estadounidenses les han permitido operar en estos lugares", destacó Schanzer.
"Hemos hecho la vista gorda ante esta actividad durante más de una década", agregó.
Según Schanzer, a pesar de contar con la mayor infraestructura financiera antiterrorista del mundo, Estados Unidos sigue disponiendo de recursos limitados.
Por otra parte, a veces es cuestión de equilibrar prioridades.
"Se ha optado por ignorar a los financiadores de Hamás en Estados Unidos durante los últimos cinco a diez años porque estas personas estaban sirviendo como fuentes sobre el ISIS u otras amenazas directas a la patria (...), una decisión que fue buena sólo por un tiempo", dijo Schanzer.
Terroristas suicidas financieros
Pero las fuentes de financiación de Hamás no acaban aquí.
Además de los impuestos que recauda de los 2,1 millones de residentes de Gaza, la organización ha estado utilizando las criptomonedas como método de recaudación de fondos desde al menos 2019, según Elliptic, una firma británica que analiza las transacciones en moneda virtual.
Las billeteras de criptodivisas vinculadas a Hamás e incautadas por las autoridades israelíes recibieron más de 40 millones de dólares entre 2020 y 2023, como informó por primera vez The Wall Street Journal, citando datos de la firma de análisis de criptomonedas BitOK, con sede en Tel Aviv.
El contrabando de dinero, armas y otros bienes también juega un papel importante. Las Fuerzas de Defensa de Israel declararon la semana pasada que Hamás introdujo armas y munición de contrabando a través de túneles bajo la frontera entre Egipto y Gaza en el período previo a su ataque del 7 de octubre.
Schanzer recordó su época en el Tesoro de Estados Unidos, señalando que se topó con lo que solían llamar "terroristas suicidas financieros".
El término se aplica a empresarios que piden préstamos supuestamente para su actividad empresarial, pero en lugar de ello "simplemente entregan el dinero a Hamás e incumplen" el pago de la deuda, explicó Schanzer.
La última fuente de fondos que citó fueron las organizaciones no gubernamentales, como las benéficas.
El caso de la Fundación de Tierra Santa (HLF) es un ejemplo. Fundada en 1989 y con sede en Texas, era la mayor organización benéfica musulmana de Estados Unidos.
En diciembre de 2001, Estados Unidos declaró a la HLF organización terrorista, confiscó sus activos y la clausuró. Desde 1995, año en que se ilegalizó por primera vez el apoyo financiero a Hamás, la organización proporcionó unos 12,4 millones de dólares en fondos al grupo, según el Departamento de Justicia de Washington DC.
Además de en Estados Unidos, Schanzer reconoció la existencia de organizaciones benéficas vinculadas a Hamás en Europa -concretamente en el Reino Unido- y Sudáfrica.
Por ejemplo, Interpal, o Fondo Palestino de Ayuda y Desarrollo, es una organización benéfica con sede en Londres creada en 1994 para ayudar a los palestinos. En 2003, Estados Unidos la designó asociación terrorista por su supuesto apoyo a Hamás.
Sin embargo, en 2010, tras tres investigaciones de las autoridades británicas, el Tribunal Superior de Londres consideró difamatorio afirmar que Interpal apoyaba al grupo militante palestino. Por tanto, la organización benéfica sigue operando desde la capital británica.
"Hay muchas entidades de las que un gobierno sospecha o incluso ha demostrado (que financian a Hamás). Pero el nivel de prueba es diferente en otros países, por lo que estas redes siguen funcionando", afirmó Schanzer.