La GHF no ha distribuido ninguna ayuda este miércoles tras el asesinato de decenas de palestinos en torno a tres puntos de distribución de suministros. La ONU ha criticado y no apoya a esta organización avalada por Israel y EE.UU.
PUBLICIDADLa Fundación Humanitaria de Gaza (GHF, por sus siglas en inglés) ha suspendido este miércoles la entrega de alimentos en la Franja después de que decenas de palestinos murieran tras ser disparados cerca de sus tres centros de distribución de suministros.
El grupo privado, respaldado por Estados Unidos e Israel, ha declarado estar en conversaciones con las Fuerzas de Defensa Israelíes (IDF) para mejorar sus medidas de seguridad, incluidos métodos para gestionar la presencia de civiles cerca de los centros de ayuda y mejorar los protocolos de entrenamiento militar. La interrupción de la ayuda se produce después de que las fuerzas israelíes reconocieran haber abierto fuego cerca de un centro de distribución de ayuda del GHF en Rafah, ciudad del sur de Gaza parcialmente vacía y declarada zona militar.
Al menos 27 personas murieron ayer martes, según Cruz Roja y la ONU. Las FDI han negado haber disparado contra civiles, afirmando que tirotearon a "sospechosos" que ignoraron los disparos de advertencia. Otras 80 personas han sido asesinadas desde que la GHF abrió sus puntos de distribución de ayuda la semana pasada, en incidentes similares ocurridos el domingo y el lunes. En ambos casos, el Ejército israelí afirma haber realizado "disparos de advertencia".
El nuevo sistema de ayuda desata la polémica
Tanto Estados Unidos como Israel apoyan la creación de un nuevo sistema de distribución de ayuda en Gaza destinado, según dicen, a impedir que Hamás se lucre de la guerra desviando suministros humanitarios para financiar sus actividades armadas. Lo hacen después de haber impedido la entrada de organizaciones humanitarias durante meses -lo cual ha derivado en una situación de hambruna generalizada- y de haber prohibido la labor de otras organizaciones hace meses, como la UNRWA.
La ONU ha negado en repetidas ocasiones que Hamás haya desviado sistemáticamente la ayuda para su beneficio, afirmando que existen salvaguardias para evitar un uso indebido de la misma. Naciones Unidas se ha negado a participar en el nuevo sistema de distribución con la GHF, afirmando que viola los principios humanitarios al dar a Israel el control sobre quién recibe la ayuda.
Israel ha prometido hacerse con el control de Gaza y luchar hasta que Hamás sea destruida y conseguir la devolución a los 58 rehenes restantes secuestrados. La guerra entre Israel y Hamás en Gaza comenzó cuando militantes de Hamás atacaron el sur de Israel el 7 de octubre de 2023, matando a unas 1.200 personas, la mayoría civiles. La posterior ofensiva israelí ha causado hasta la fecha la muerte de al menos 54.000 palestinos, según el Ministerio de Sanidad de Gaza, dirigido por Hamás, cuyas cifras no distinguen entre combatientes y civiles. El Ejército israelí afirma que 862 de sus soldados han muerto desde el comienzo de la guerra. Hamás ha quedado muy mermada militarmente y ha perdido a casi todos sus altos dirigentes en Gaza.