El jefe de la misión de mantenimiento de la paz en el país declaró que el presidente Salva Kiir y el vicepresidente Riek Machar deben anteponer los intereses del pueblo sursudanés.
El máximo responsable de la ONU en Sudán del Sur, Nicholas Haysom, ha advertido de que el país está al borde de una nueva guerra civil después de que el Gobierno pospusiera abruptamente la última ronda de esfuerzos de paz.
Nicholas Haysom, jefe de la misión de mantenimiento de la paz en Sudán del Sur, describió la situación como "calamitosa" y afirmó el lunes que los esfuerzos internacionales en favor de la paz sólo tendrán éxito si el presidente Salva Kiir y el vicepresidente Riek Machar están dispuestos a comprometerse de forma constructiva y "anteponen los intereses de su pueblo a los suyos propios".
Sudán del Sur, la nación más joven del mundo, se independizó de Sudán en 2011, tras décadas de conflicto. Pero en 2013 se sumió en una guerra civil basada en divisiones étnicas, cuando las fuerzas leales a Kiir, de etnia dinka, se enfrentaron a los partidarios de Machar, de etnia nuer.
El conflicto se cobró la vida de más de 400.000 personas antes de que en 2018 se firmara un acuerdo de paz por el que se establecía un Gobierno de unidad. Aunque las elecciones se fijaron inicialmente para 2023, se han pospuesto dos veces, y ahora se esperan para 2026.
Las recientes tensiones han estallado en el norte del país, donde las tropas gubernamentales han estado luchando contra una milicia conocida como el Ejército Blanco, que se cree que está alineada con Machar. Según informes, el 4 de marzo el Ejército Blanco invadió una guarnición militar en Nasir, lo que provocó una enérgica respuesta del Gobierno, que incluyó el cerco de la residencia de Machar en la capital, Juba, y la detención de varios de sus aliados.
Aumentan las tensiones y la violencia
Días después, un helicóptero de la ONU que evacuaba a soldados gubernamentales de Nasir fue tiroteado, con el resultado de varias víctimas mortales, entre ellas un general sursudanés. Haysom advirtió que las tensiones y la violencia están aumentando a medida que se acercan las elecciones, y que la competencia política entre Kiir y Machar, rivales desde hace mucho tiempo, se está intensificando.
También señaló que Kiir y Machar no tienen suficiente confianza el uno en el otro para demostrar el liderazgo necesario para hacer cumplir el acuerdo de paz de 2018 y conducir a Sudán del Sur hacia un camino seguro y democrático. "Dada esta sombría situación, no nos queda otra conclusión que evaluar que Sudán del Sur se tambalea al borde de una recaída en la guerra civil", añadió Haysom. Una vuelta al conflicto, dijo, supondría el riesgo de repetir los horrores de 2013 y 2016, cuando la violencia devastó comunidades y desplazó a millones de personas.
Para ayudar a desescalar la crisis, la misión de mantenimiento de la paz de la ONU, que cuenta con casi 18.000 efectivos, está llevando a cabo una intensa labor de diplomacia itinerante con las partes interesadas internacionales y regionales, incluida la Unión Africana. El mensaje unificado, dijo Haysom, es que Kiir y Machar se reúnan, vuelvan a comprometerse con el acuerdo de paz de 2018, mantengan el alto el fuego, liberen a los funcionarios detenidos y resuelvan las disputas "a través del diálogo y no de la confrontación militar".