A pesar de que la sombra de Trump no deja de planear sobre los candidatos republicanos y ensombrecer sus programas electorales, hay un amplio entendimiento de que la figura del expresidente sigue siendo clave para ganar las primarias del partido.
PUBLICIDADEn el año 2016, se desató un huracán mediático que cambió el escenario político estadounidense. Siete años después, en 2023, Donald Trump vuelve a acaparar la atención de la prensa mundial.
Esta vez, no solo por su polémico mandato como presidente, sino por sus juicios penales -y civiles- en curso y su polémica intención de regresar y competir en las elecciones presidenciales de 2024.
El expresidente sigue siendo un imán para los medios de comunicación y un punto de referencia en la conversación política en el seno del Partido Republicano.
En una entrevista a distancia con Scott Lucas, profesor de Política estadounidense en la Universidad de Birmingham, trae a colación la declaración memorable de Trump durante la campaña electoral de 2016.
Lucas señala que, de hecho, existen algunos estadounidenses que respaldarían al expresidente sin importar las circunstancias.
La insistencia de Trump de su inocencia y sus denuncias de ser víctima de una caza de brujas por parte de los medios han encontrado eco entre sus seguidores. En lugar de abandonarlo, sus partidarios se han comprometido aún más con su causa.
Pero Greg Swenson, presidente de la organización 'Republicanos en el Extranjero en el Reino Unido', advierte que si bien los trumpistas siguen alineados con el proyecto MAGA (Make America Great Again), la posibilidad de una condena penal o simplemente las acusaciones han erosionado su posición en el espectro republicano más amplio.
"En el proceso de las primarias le está ayudando claramente, pero los juicios y las acusaciones están probablemente perjudicándole más que ayudarle de cara a las elecciones generales. Además está desviando la atención de los otros candidatos", señala Swenson.
"En el debate del miércoles por la noche en Wisconsin seis candidato republicanos de ocho dijeron: 'Mira, incluso si es condenado, apoyo que sea presidente'. Y es que el cálculo político para casi todos los candidatos es que si dices que Trump no debería ocupar el cargo, pierdes cualquier posibilidad de conseguir los votos trumpistas. Y ese ha sido el fenómeno del Partido Republicano desde que Trump llegó a la presidencia en 2016", dice el profesor , que destaca el rol de los medios de comunicación en la perpetuación del dominio de Trump en la narrativa política.
Trump y su persistente dominio mediático
Lucas argumenta que la atención mediática constante en torno a Trump "crea un ciclo de retroalimentación".
"Lo que ocurre es que los medios de comunicación prestan toda la atención a Trump. Si los medios de comunicación equilibraran realmente el terreno de juego en términos de cobertura de los candidatos y los temas, en lugar de tratar esto como un circo con Donald Trump como maestro de ceremonias, entonces se podría tener un verdadero proceso democrático en lugar de uno en el que los medios de comunicación permitan efectivamente el intento de Trump de ungirse a sí mismo como candidato republicano", apunta Lucas.
Ni Trump ni Biden para 2024
A pesar de la influencia continua de Trump en las primarias republicanas, existe un creciente sentimiento en la nación de que es hora de mirar hacia adelante.
La sombra de Trump, aunque alargada, no ha impedido que un gran número de ciudadanos estadounidenses anhelen un cambio de rumbo drástico. Swenson resalta que tres cuartas partes de los votantes estadounidenses desean evitar una repetición de la contienda entre Trump y Biden. Esta cifra incluye tanto a republicanos como a demócratas, lo que sugiere una demanda generalizada de nuevas caras y perspectivas en la política.
Swenson especula que incluso dentro del Partido Republicano, si el presidente Biden no se presenta como candidato, muchos podrían considerar que es hora de avanzar. La posibilidad de competir contra un demócrata más joven y fresco podría influir en la dinámica republicana. Esto refleja un cambio en el ánimo nacional hacia la búsqueda de nuevas alternativas políticas y el deseo de alejarse de la polarización que caracterizó la era Trump.