Los Gobiernos de todo el mundo apuestan por la tecnología para tratar de detener la propagación del coronavirus. Así, ponen sus esperanzas en las aplicaciones informáticas y en el Bluetooth, un tipo de conexión inalámbrica usada para la transferencia de datos entre dos dispositivos.
PUBLICIDADLos Gobiernos de todo el mundo apuestan por la tecnología para tratar de detener la propagación del coronavirus. Así, ponen sus esperanzas en las aplicaciones informáticas y en el Bluetooth, un tipo de conexión inalámbrica usada para la transferencia de datos entre dos dispositivos. Los activistas a favor de la privacidad del ser humano, advierten de su peligro.
"Si hablamos de Rusia, el sistema de vigilancia, la censura en Internet se desarrolló mucho antes de que se produjera la pandemia. Pero la propagación del virus dio un impulso al desarrollo de la tecnología necesaria para controlar los movimientos y la comunicación de los ciudadanos en el país", declara Artem Kozlyuk, jefe del grupo de derechos de internet Roskomsvoboda, con sede en Moscú.
Las autoridades de la Unión Euopea se toman muy en serio la privacidad de los ciudadanos y han dado a conocer una serie de directrices para el uso de las aplicaciones de rastreo.
"Las aplicaciones, en el momento en el que lleguen a los teléfonos móviles de los italianos, garantizarán completamente el anonimato con respecto a las leyes de privacidad vigentes en Italia y en la Unión Europea", afirma Domenico Arcuri, el comisario nombrado por el Gobierno italiano para gestionar la emergencia del coronavirus.
Pero, quienes defienden la privacidad advierten de que el control gubernamental puede llegar, de manera sigilosa, incluso con las mejores intenciones pero que es muy difícil de combatir.
"Si hemos aprendido algo de los años de contraterrorismo, es que las medidas de emergencia puestas en marcha siempre duran y siempre se expanden. Nunca debemos esperar que se detengan automáticamente porque no lo harán", señala Silkie Carlo, directora de la oenegé Big Brother Watch.
Para responder al desafío de proteger la salud y la privacidad, científicos, técnicos y otros expertos han creado una herramienta paneuropea que proporciona normas, tecnología y servicios adecuados, a los diferentes países y a los desarrolladores de aplicaciones.